Llegó el punto y final
Un año Ayer de noche, tirada en el suelo de su entrada, enfrente a la puerta de salida para no volver jamás. Y él sentado en el sofá del salón en silencio. Le di las gracias de corazón por hacerme vivir en este tiempo momentos increíbles de ternura y lo que le llamábamos amor. Lloré y me sentí aliviada cuando le dije que me rendía, era nuestro punto y final. Salí y tuve la grandísima suerte de poder hablar con una antigua amiga hasta las tantas de la noche, era la única persona que podría entender cada palabra de rabia, de cariño, de dolor, de esfuerzo... que me había hecho pasar esta relación. Y llegué a casa y tiré a la basura cada rastro de él, borré todo contacto y no sentía ira, ni dolor. Fue una especie de fuerza ante la decisión de que no iba a volver a pasar por aquello nunca más, por lo menos con él. Y ese fue el click para dejar ir, para meterme en cama estar tranquila porque no fui capaz de dormir casi nada y de levantarme ahora serena queriendo afrontar un nuevo día. Me da ...