Tres semanas con tres agradecimientos escritos diarios

Fue una herramienta que me recomendó mi psicóloga para ser más consciente de las cosas buenas que me pasaban cada día. Ayer, finalicé con éxito la tarea. Los resultados fueron sorprendentes ya que sin darme cuenta fui conectando con mi interior de nuevo.
No podemos evitar las situaciones de sufrimiento, ansiedad, estrés o miedo. Ahora entiendo que, pese a que cueste un mundo, hay que invertir en sembrar semillitas cada día para que luego puedas recolectar el resultado. Ha sido un mes con el que comienzo el año cargada de ilusión y llena de fuerza para llevar a cabo mis proyectos. He caminado durando estos días sola pero sin dejar de sentirme acompañada.
Haciendo balance mensual puedo resumir que por fin recojo esos frutos.
Los fines de semana es el periodo de tiempo de descanso donde puedes dejar atrás las rutinas de los días laborales, los horarios, la inercia,... y es perfecto para observar cómo está tu interior en realidad. Tienes dos opciones, o seguir distrayéndote con tareas o con los conocidos "quehaceres" para que siga pasando el tiempo lo más rápido posible, o puedes disfrutar conscientemente de esa jornada y media o dos, para preguntarte qué es lo que te apetece hacer en realidad.
En este mes de enero comencé con una explosión de creatividad en el primer fin de semana. Conquisté el comedor de la casa como lugar de inspiración y lo adorné con mandalas y acuarelas que había coloreado desde que me independicé. Me puse a diseñar, a leer y a enumerar varias listas de cosas aleatorias que se me iban pasando por la cabeza. He decidido tres grandes proyectos de futuro, requieren mucha energía y dedicación. Poco a poco los iré llevando a cabo y próximamente iré redactando sus progresos en este blog.
El siguiente fin de semana fue de paz, de amor propio permitiéndome tanto comidas como cenas ricas, en buena compañía y en soledad. Fui a la piscina y fue un momento de expansión tanto corporal como mental. En esta semana comencé a escribir los agradecimientos y a pesar de que al principio me costó enumerar tres de ellos, según pasaban los días, me resultaba más fácil ser consciente de mi gratitud más sincera. Hice un cambio de mirada en cuanto al entorno que me rodea.
Al tercer fin de semana tocó realizar mi primer viaje del año. Suponía un pequeño reto para mí porque tenía que superar unos pequeños miedos del pasado pero al final fue un auténtico éxito. Sentí una libertad infinita cuando aterricé en el aeropuerto, se abrían las puertas automáticas de mi destino como si estuviera comiéndome el mundo entero. No puedo estar más orgullosa de haberlo pasado tan bien y de haber sido capaz de vivir el presente degustando cada visita, cada compañía y cada capricho que nos dimos mi amiga y yo.
Y por último, este fin de semana ha sido espectacular. Tuve una avería en mi casa que resolví en un primer momento con calma y paciencia. Siento un gran agradecimiento de mi casero que fue capaz de solucionarlo rapidísimo (y hoy domingo ya tengo agua caliente) junto con el cariño que fui recibiendo por mensajes. Pude ver dos puestas de sol, pude estar en silencio y organizar las cosas que son prioritarias para mí y no necesité agradar a nadie. Cero preocupación por no hacer grandes planes, simplemente dejé que pasara el tiempo haciendo lo que me apetecía en cada momento, con mucho silencio a mi alrededor y sonidos de la naturaleza. Llevo dos meses con el reproductor de música del coche estropeado y en otra ocasión para mí hubiera sido una catástrofe.
Concluyendo, siento que estoy aprendiendo y avanzando en mi vida pero no tengo prisa porque las cosas sucedan cuando tengan que suceder. Le estoy dando una vuelta a mi imagen personal, mi trabajo, mis amigos, mi familia, mis estudios,... y me siento feliz.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Con isto da movida, haiche moito ye-yé

Para los biólogos