No somos los que comemos, somos lo que comieron nuestros ancestros

Normalmente suelo acabar antes los libros que me enganchan, pero este lo leí con más tranquilidad. Como esas veces que comes algo muy despacito para que te dure más tiempo el sabor.
No era como otras veces, no tenía como plazo quince días para devolverlo a la biblioteca. Este antes de leerlo ya lo había comprado. Fue una recomendación del propio autor como respuesta a mi admiración por "La Cadera de Eva".

Siempre que llego a la última página de un libro me queda un sentimiento de pena o de rabia, porque no va a haber más páginas que te sigan entreteniendo. Pero ayer me consolé pensando que aún me quedan por leer todas las entradas de su blog. También intentaré animarlo en algún email para que vuelva a escribir otro. Todos sus conocimientos del ser humano y la forma de explicarlos me encatan.

"El Mono Obeso" por Jose Enrique Campillo Álvarez. Si alguna vez llego a ser profesora de biología recomendaré estos dos libros a mis alumnos, tengan la edad que tengan.

No puedo hacer un simple resúmen del libro, ni tampoco puedo comentar las partes que más me han gustado. Sólo para el que le pueda interesar, que trata de una comparación del hombre de hoy con nuestros ancestros. Las enfermedades que en la actualidad nos atacan en la sociedad.
Ya no se trata de la higiene, ya no se trata de bacterias o virus, ya no se trata de enfermedades contagiosas, y ya no se trata de medicinas. Se trata de enfermedades que por nuestros hábitos de sedentarismo y mala alimentación están apareciendo cada vez en la gente más joven.
El libro te enfoca desde donde puede empezar todo, y te explica porqué el cuerpo sufre esos cambios, no hay una adaptación a las formas de vida que lleva la gente de hoy. Todo un enfoque desde el Ardipithecus ramidus de una manera clara y fácil de entender.

Sobre este tema te puedes parar a pensar: y cómo se consigue parar esto?; la respuesta es muy fácil, desde que naces harás ejercicio y comerás bien. Pero si ya tienes unos quilitos de más harás una dieta y luego, cómo no, sabrás que tienes que tener cuidado porque sino recuperarás esos quilos. La mayoría de esas dietas no hacen más que desequilibrar nuestro organismo y (hablando mal) joderlo aún más cuando se recuperan esos michelines.
Pero eso da igual, los efectos secundarios de someter al cuerpo a tales cambios no los verás a simple vista. Así que ojos que no ven...

La verdad, creo que con la dificultad de encontrarte alimentos de calidad y la comodidad que hay a nuestro alcance a costa de la tecnología, dudo mucho que la mayoría de la gente no caiga en esas enfermedades (obesidad, cardiopatías, diabetes,...). Tienes que tener mucha fuerza de volutad para no caer en las tentaciones.
Aunque bueno, estoy criticando esto pero soy la primera persona en pedirle a mi novio que me lleve a todos los sitios en coche jejeje.


Al final, hasta que no haya varias mutaciones en los genes de nuestros descendientes que se adapte a estas condiciones no podremos dormir tranquilos. Ya nos molaba tener un cuerpo que deseche todas esas grasillas tan ricas al paladar o toda esa energía que no vamos a utilizar frente a la tele o al ordenador.

La evolución no está hecha al gusto de todos :D

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