Mirada hacia dentro

Hoy va para ti, esa sensación de estar viviendo. Recoger cada estímulo o señal que te rodea y almacenarla en tu interior.
Hacer un recorrido mental de lo que ya ha pasado, lo que esta pasando y lo que va a pasar.

Porque nunca te agradezco nada y sigo dejando pasar el tiempo. No valoro lo que tengo hasta que siento que lo pierdo. Ya es hora de que equilibre mi vida, y por una parte me deje llevar y por otra parte me piense dos veces antes de dar un paso.

Ya va siendo hora de que cada uno se de cuenta de que cada día crece un poco, pero no siempre la edad es sinónimo de sabiduría.

Abrir los ojos y darte cuenta de qué es lo que haces en la vida, qué haces por ti y por la gente que quieres. Recibes palos por todos los lados, incluso de la gente que nunca imaginabas que te podía fallar, nunca.
Para eso... una frase que digo mucho últimamente: cada uno tiene que sacarse las castañas del horno. Por muy caliente que esté ese horno, tienes que hacerlo tu solo. Si alguien te ayuda, valóralo, pero por si acaso no esperes esa mano de nadie.

Desde hace poco he sentido como tenía la felicidad y la tranquilidad a mi lado y de repente, de un día para otro, cómo se derrumbaba una montaña.

Pues si, vicky, me digo a mi misma que me sonreiré cada mañana, que me mimaré haciéndome un zumo de naranja al despertar y dándole más ejercicio al cuerpo, hasta notar cada músculo que tengo. Que valoraré a la gente que me hace sonreír pero sin esperar a que lo tengan que hacer. Que cuando me arme de fuerzas hablaré con las personas con las que he tenido problemas, y conseguiré hacerles entender cómo soy y las cosas que no me gustan. Que cuando sea el momento saldré de casa y tiraré para delante sin mirar atrás, sin remordimientos, necesito sentirme libre. No es tarea fácil, pero quiero sentir que mi vida es mía en todos los sentidos.
De las cosas malas que tengan que pasar aprenderé un poco más. Lucharé por lograr la mejor solución y después me sentiré como dios. Dejaré mi orgullo cuando lo tenga que dejar y le pediré perdón y le daré las gracias a todos.

Y asi, cuando me lo pase bien, me lo pasaré mejor. Cuando tenga que llorar, conseguiré llorarlo todo. Cuando me enfade, soltaré todo lo que me enfada. Y me quedaré tranquila

Todo esto va porque lo necesito decir, tengo 22 años, pero estoy en este mundo como cualquier otro. Porque sé que ya ha girado mi vida, y porque nadie, nadie, puede hacer ya nada, solo yo puedo seguir disfrutándola, y lo quiero hacer, con aquellas personas que en mi opinión, se lo merezcan.

Comentarios

  1. Interesante, siempre y cuando no te organicen la vida los demás y te digan lo que está bien y lo que no para que dejes de ser tu misma y seas lo que quieren los demás.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Tres semanas con tres agradecimientos escritos diarios

Con isto da movida, haiche moito ye-yé

Seica Chove!