Mi baúl de recuerdos

Mis cuatro paredes están desnudas. Siempre las había adornado con un montón de fotografías, pósters, cartulinas con fotos... Recuerdos que formaban parte de mi vida.

Hacía tiempo que quería dar un cambio en la habitación y la escusa de los masajes era perfecta para dar el paso. Y qué mejor momento cuando tendrías que estar con otras cosas.

Arrancar las primeras imágenes fue fácil, pero según entraba de nuevo en mi habitación se me hacía cada vez más raro. Ahora sólo queda por organizar un par de estanterías, pero me siento rara.
Con 13 años discutía con mi padre porque me dejara poner más cosas en la pared de la casa de Santiago, y sus últimos intentos con 16 en la habitación de aquí fueron en vano.

No sé porqué siempre necesité estar rodeada de mis recuerdos, de las cosas que me gustan. De momento quiero recordarme que estoy en un momento de cambio, si hace falta ya volveré poco a poco actualizando las paredes. 

A todo el mundo le sorprendía cada vez que entraba, las miradas iban de un lado a otro. Sólo espero que ahora no distraiga y haga su buena función de desconexión mientras se recibe un masaje.

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