Una soltera con treinta...y algo

Esta entrada se la quiero dedicar a todas las amigas, conocidas o mujeres que no tienen pareja y que se encuentran en esta década con una ligera crisis existencial acerca de si deberían de buscar pareja, comprometerse o tener hijos.

El otro día tuve una reflexión con una amiga que acababa de cumplir los treinta y dos. Sentadas en un bus urbano comentábamos acerca de la libertad que sentimos las mujeres actualmente en comparación con la época de nuestras madres y abuelas. La educación que hemos recibido en nuestra infancia estaba llena de mensajes en las que, nosotras como princesas, acabaríamos encontrando a nuestro príncipe y formaríamos una familia unida y feliz.

No sé hasta qué punto está tatuado en nuestra conciencia y no lo queremos confesar, pero creo que todas pasamos por ese momento, cuando te das cuenta que la decisión de tener hijos tiene una fecha límite biológica en nuestro cuerpo, y esto puede crearte una ligera ansiedad viendo cómo pasa el tiempo de rápido y al no identificar tu vida con esos cuentos tan maravillosos, llenos de felicidad, amor y magia.

Caí en la cuenta de que las mujeres que conocemos de otras décadas, de cuarenta en adelante, que tienen hijos y/o nietos, casadas o divorciadas, habiendo trabajado fuera de casa o dedicándose el tiempo completamente al cuidado de sus hijos y del hogar,... todas ellas cuando te ven con treinta años, con tu trabajo, sin pareja y sin hijos te animan a que sigas disfrutando de la vida. A día de hoy contamos con un apoyo feminista muy intenso que rompe las cadenas impuestas en el pasado para que seamos el ejemplo de independencia y libertad. Que podamos elegir con quién compartir nuestra intimidad, con quién disfrutar nuestro tiempo de ocio y descanso, dónde vivir o dónde trabajar.

Esa capacidad de elección creo que nos asusta un poco porque no tenemos ejemplos, hasta hace relativamente poco que una mujer soltera se fuera a vivir sola era muy extraño. Somos un grupo de generaciones de valientes que están dando pasos de gigante, que se divorcian, que aprenden a decir que no, que sueltan esas cadenas y que al contarlo comprobamos de nuestras vecinas también pasan por lo mismo. No dejo de ver en mis amigas que tienen una mosca detrás de la oreja que cuestiona a veces esa vida solitaria y que, como resultado observo una presión en su interior cuando conocen un chico que les gusta y sus mentes no pueden evitar imaginarse por un instante ese cuento de hadas.

Esas mujeres que les encantaría volver a nuestra edad y que nos miran sonrientes con envidia sana "aun eres muy joven, tú disfruta", nos animan a seguir así, libres y hallando nuestra felicidad por cuenta propia.  Nosotras tenemos la responsabilidad de seguir adelante y ser ese ejemplo en el futuro, para las que ahora poseen veinte años, diez años o estén naciendo en estos momentos.

Hay que vivir la experiencia que tienes a tu alcance, aunque no implique ese compromiso con otra persona para formar una familia. En el pasado te encuentras personas que ante la impaciencia y la presión social decidieron ir un paso más allá y acabó en confusión y fracaso. Cuando tenga que suceder, sucederá fácil y si te aproximas a los cuarenta y decides tener hijos pero no tienes pareja, siempre tendrás la oportunidad de ser madre soltera, tendrás que esforzarte un poco más y organizarte para adaptarte pero estoy segura que contarás con el apoyo de todas las mujeres de tu entorno.

Así que, tranquila por esa ansiedad que tenemos todas, sigue viviendo el día a día descubriéndote a ti misma y las oportunidades que te rinde la vida para que experimentes y aprendas. Que a todo se le puede sacar jugo y todo tiene solución según cómo lo mires... 

Una de las noches que me quedaba con mi padre le pregunté qué pasaría si no consiguiera tener pareja nunca más y me dijo "no pasa nada Vicky, tienes muy buenos amigos" y le insistí en mi preocupación preguntándole qué pasaría si tampoco quisiera ser madre nunca y me dijo "pues tampoco pasaría nada, puedes ser feliz igual, tienes a tus sobrinos o los hijos de tus amigas, pero deja pasar el tiempo que como llegue el día en que te apetezca ser madre, se te meterá entre ceja y ceja y por entonces sabrás lo que tienes que hacer". 

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